Dr. René Gómez Manzano
Abogado y periodista independiente
Leí el trabajo colgado días atrás
en internet por el conocido castrista guatemalteco Percy Alvarado con el título
“¿Qué hace la CIA con sus mercenarios cubanos?”. Se trata de una especie de artículo.
(Me expreso en esos términos porque el uso repetido de plecas y sus giros
cancillerescos lo convierten más bien en un informe policiaco sui generis.)
Al autor le
asombra que, después que el régimen castrista prohibió de manera arbitraria
durante decenios que quienes nos le enfrentamos viajásemos al extranjero,
ahora, al eliminarse el requisito del “permiso de salida”, varios hayamos hecho
uso de esa nueva posibilidad. Es lo que Alvarado describe como “un desenfrenado
turismo político por parte de numerosos contrarrevolucionarios”.
Unos párrafos
después, con la mayor inconsecuencia, menciona el “reducido número” de estos
mismos, de modo que uno no sabe si le parecen muchos o pocos. Los enumera,
salpicando de paso a varios de ellos con expresiones peyorativas: “manipulador”,
“falsaria”, “provocador”, “grupúsculo”, “mentiroso”, “sociópata”, “ególatra”,
“detractores”.
En un dato
destinado a impresionar a quienes desconocen las realidades de Cuba, el
articulista menciona “las falsas declaraciones del 0.00000535714 de los
ciudadanos que viven en la Isla”. Según él —pues— habría unos sesenta
disidentes en nuestro país. La cifra es tan ridículamente baja, que no resulta
extraño que el régimen haya preferido darla de manera extraoficial, por boca de
un extranjero.
El autor se
pregunta “quiénes financian” las giras, y cuestiona los “encuentros
internacionales, convocados apresuradamente”. Como soy uno de los aludidos, aclaro
que viajé a Alemania para participar en la reunión anual de la Sociedad Internacional
de Derechos Humanos, cuyo Grupo de Trabajo de Cuba presido desde hace años. Esas
convenciones se celebran con puntualidad cada primavera, de modo que en la de
2013 no hubo nada “apresurado”.
Percy Alvarado
se muestra decidido a aplicar el refrán: Palos
porque bogas y palos porque no bogas. Si los medios de comunicación se
hacen eco de las acciones de los viajeros, es porque se trata de “una
sobredimensionada actividad pública en eventos,… así como otras actividades que
han sido ampliamente difundidas por los grandes monopolios de la información”.
Si, por el
contrario, en una u otra ocasión la prensa no presta mayor atención al trabajo
de los disidentes cubanos que se encuentran fuera del Archipiélago, es porque
ellos “se han escabullido de la vista pública en determinados momentos, lo que
levanta serias suspicacias sobre lo que se encontraban realizando en el mayor
secreto”.
Pero lo que rompe
todos los límites es la inmensa falta de respeto por la inteligencia ajena que
el escribidor castrista pone de manifiesto al mencionar varios de los viajeros
(cuyos nombres y apellidos especifica), al tiempo que alude a lo que —según él—
son los propósitos con los que han sido contactados “por oficiales de servicios
de inteligencia como la CIA, el CNI español y otros”.
En la última
serie de plecas de su trabajo, Alvarado, mezclando sustantivos con verbos,
especifica los supuestos objetivos de esos contactos: “Realización de
entrevistas con oficiales reclutadores, quienes han analizado sus
potencialidades para la búsqueda de información”; “recibir entrenamiento en
técnicas de subversión y desestabilización”; “evaluar sus compromisos
personales para actuar oficialmente como agentes de la CIA o de otras agencias
de espionaje”. Esos entre otros.
Comento: ¡No se
han cansado el mismo Percy y sus jefes de tildar a todo el que se enfrenta al
régimen castrista de “mercenario”? ¡Pero resulta que es sólo ahora, a raíz de
sus salidas al extranjero, que existe el propósito de reclutarlos!
Además, ¿no se
supone que el espía sea un personaje solapado, que esconde sus verdaderas
intenciones con gran meticulosidad! Ahí están Los Cinco (que ahora son sólo cuatro, pero que, según la aritmética
de la propaganda comunista, siguen siendo cinco) para probarlo. Mientras
permanecieron infiltrados, ¡sólo Dios sabe cuántas barbaridades contra Castro y
su Revolución habrán expresado para enmascararse y alimentar su falsa leyenda
de anticomunistas furibundos!
¡Pero resulta
que ahora se habla de reclutar, contra el actual gobierno de La Habana, a
supuestos agentes secretos cuyos nombres y apellidos todo el mundo conoce y
que, además, han exteriorizado a cara descubierta sus muchos desacuerdos con el
régimen totalitario!
Pero eso,
aunque ridículo, no es lo importante. Lo fundamental es la amenaza contenida en
las oraciones finales de “¿Qué hace la CIA con sus mercenarios cubanos?”.
Alvarado actúa a un tiempo como delator, policía político, fiscal y juez, y
afirma que lo hecho por los viajeros está “previsto como delitos en nuestra
legislación”. ¿Se referirá a la de Guatemala?
Vaticino que su
tentativa de intimidación fracasará, igual que las que han hecho y siguen
haciendo de manera directa los oficiales de la Seguridad del Estado. En Cuba, las
actividades de oposición pacífica al castrismo y de lucha por la democracia
proseguirán.
totalmente de acuerdo con rene.nadie conoce ni sabe las visicitudes por las que estamos pasando los ex-presos politicos cubanos aqui en españa. no obstante continuamos nuestra lucha pacifica contra todo aquello que se llama violaciones de los derechos humanos tanto en la isla como en el extranjero.por demas percy alvarado ademas de escritor es agente de la SGE cubana.
ResponderEliminar