Un reducido grupo de militares constituye una junta militar invisible para la comunidad internacional y para la mayoría del propio pueblo cubano
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En la imagen, Miguel Díaz-Canel en la Asamblea Nacional del Poder Popular de La Habana
Es positivo que Miguel
Díaz-Canel, un civil que nació ya con los Castro en el poder y no forma
parte de la gerontocracia militar de los«históricos»,
haya sido elevado a primer vicepresidente del Consejo de Estado en sustitución
de José Ramón Machado Ventura,
uno de los pilares de la línea dura estalinista.
Como dijo Yoani Sánchez en La Habana, antes de emprender su
actual gira internacional, tener
en Cuba un vicepresidente con menos de 80 años ya es algo.
Díaz-Canel podría ser el nuevo jefe de Estado si Raúl
muriese.
Sin embargo, aunque es lógico que el
nombramiento de Díaz-Canel suscite cierto optimismo y aliente las esperanzas de
algunos de que pueda convertirse en el Gorbachov cubano, no
conviene hacerse ilusiones. La única relevancia de esta designación
—que no elección—radica en que él podría ser el nuevo jefe de Estado si Raúl
muriese o quedase incapacitado para el cargo antes de 2018, cuando se
vence su último período presidencial.
Por lo demás, todo es aparente, no real. El primer vicepresidente delConsejo
de Estado no tiene la fuerza política que sugiere el nombre de su
cargo. La razón es simple, no forma parte de la élite militar que en verdad
ostenta el poder en el país.
La ascensión de Díaz-Canel no significa el inicio del postcastrismo (al
menos con Raúl vivo), ni él es el «número dos» del régimen. Es
el segundo de a bordo del aparato estatal, que no es lo mismo. Además, ni
siquiera se le ubica en el ala «liberal» de la nomenklatura,
sino comoun ortodoxo algo más moderno.
Pero la clave aquí es que la Constitución castrista establece
que institucionalmente la máxima instancia de poder en Cuba país no es el
Gobierno, sino el Partido Comunista (PCC), encabezado por un Primer
Secretario (Raúl Castro) y un Segundo Secretario, que
es Machado Ventura, y un Buró Político sometido a
la voluntad del dictador y la cúpula militar.
Machado sigue siendo el
jefe de Díaz-Canel
La comunidad internacional no acaba de procesar que el general Castro es el «número
uno» de Cuba, no por ser presidente del Consejo de Estado,
sino porque es el Primer Secretario del PCC, y que Machado Ventura
es el segundo al mando de la nación porque es el vicejefe de dicha
organización. «Machadito» (como le llaman los Castro) sigue
siendo el jefe de Díaz-Canel, y no a la inversa.
No obstante, hay aquí una incongruencia no prevista por Castro cuando se
proclamó en 1976 la actual Constitución. Esta señala que el presidente del
Consejo de Estado es el Comandante en Jefe de lasFuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR). Así lo concibió el comandante cuando era un «mozuelo» de
50 años de edad y su hermano tenía 45. Ambos tenían décadas por delante como
presidente y primer Vicepresidente.
Y así fue. Pero ya estamos en 2013 y si Raúl Castro no llega a 2018,
Díaz-Canel sería el nuevo jefe de Estado. ¿Aceptarían a un civil como
jefe supremo de las FAR las decenas de generales de tres y dos estrellas, y los
restantes, así como los cientos de coroneles y demás altos jefes militares? Es
poco probable.
En términos constitucionales el derecho a elegir al núcleo institucional de
poder en Cuba, es privilegio de una versión moderna de patriciado romano al que
pertenece sólo el 7% de la población, es decir, los800.000
militantes del PCC. Los millones de adultos restantes no tienen ese
derecho. Constituyen la plebe, son ciudadanos de segunda clase.
O sea, en la Isla el poder no emana de la voluntad del pueblo soberano,
como lo llamaba Jean-Jacques Rousseau. Podrá ser muy constitucional,
pero legítimo no es. Los cubanos no eligen a sus gobernantes desde 1948,
cuando se celebraron las últimas elecciones democráticas. Fulgencio
Batista dio un golpe de Estado en marzo de 1952, tres meses antes de
los siguientes comicios, y luego fue derrocado por Fidel Castro.
Desde entonces, durante 61 años, Cuba ha tenido solo tres gobernantes,
y militares los tres (récord absoluto enOccidente).
«Creme de la creme» del
poder
Pero hay más, el máximo poder realmente no radica en el Buró
Político del PCC como reza la Constitución, sino en un reducido grupo
de militares, algunos de los cuales no integran el Buró Político. Constituyen
de hecho una junta militar invisible para la comunidad internacional y para la
mayoría del propio pueblo cubano, pues opera tras bambalinas y ningún medio
habla del asunto. Díaz-Canel no pertenece a esa «creme de la creme» que
controla el país, y que tiene 14 miembros.
Encabezada por los hermanos Castro y por el comandante (hoy equivalente al
grado de general) Machado Ventura, el selecto grupo lo conforman además los
cuatro generales más poderosos de la Isla:Leopoldo Cintras Frías,
ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR); Abelardo Colomé,
ministro del Interior;Alvaro López Miera, viceministro primero de
las FAR y Jefe del Estado Mayor; y Ramón Espinosa, viceministro de
las FAR; así como el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, y
el coronel de inteligencia Marino Murillo, vicepresidente del
gobierno a cargo de la«actualización» del socialismo. Todos
integran el Buró Político.
Díaz-Canel no pertenece al grupo que controla el país
Los no miembros del Buró Político
son el general José Amado Ricardo, secretario ejecutivo del Consejo
de Ministros (primer ministro en funciones, cargo que ejercíaCarlos
Lage; general Carlos Fernández Gondín, viceministro primero del
Interior; general Joaquín Quintas Solá, viceministro de las FAR; y
el coronel Alejandro Castro Espín, hijo del dictador y jefe de
Coordinación e Información de los Servicios de lnteligencia y Contrainteligencia
de las FAR y el Ministerio del Interior. El otro integrante ha sido hasta ahora
el coronel Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, ex yerno de Raúl,
a cargo de la actividad empresarial de las FAR. Pero al divorciarse
recientemente de Deborah Castro Espín, no se sabe si continuará en
tan privilegiada posición.
Estos son los 14 hombres más poderosos de Cuba y que,
junto a los Castro, toman las decisiones más importantes. Ese fue el estilo de
poder paralelo impuesto por Fidel, quien creó el todopoderoso Grupo de
Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe que durante décadas fue el
verdadero gobierno ejecutivo de la nación, por encima delConsejo de
Ministros, el Estado, y el propio PCC.
Por otra parte, 8 de los 15 miembros del
Buró Político son militares (la mayoría), y 4 de los 7 vicepresidentes del
Consejo de Ministros son también militares.
En fin, Cuba es el único país del mundo que teniendo una cúpula de
poder militar la presenta como civil, y así es aceptada. Si un general es
presidente de una nación sin haber sido elegido nunca en unos comicios
democráticos, y gobierna rodeado de generales, eso se conoce como dictadura
militar, excepto si se trata de Cuba, que ahora incluso preside la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
En cuanto a Díaz-Canel, más allá de insuflar algún «aire fresco» a
la vetusta cúspide totalitaria, no es de esperarse que inicie una transición en
la dirección aperturista que necesita la nación. En todo caso, todo indica que
él es la primera ficha importante del «raulismo» para
transitar hacia una dictadura con mejor imagen, mientras los descendientes de
los Castro, el generalato y sus familiares consolidan su posicionamiento
económico y echan las bases del postcastrismo. Info.ABC.es ( ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONEZ (© DIARIODECUBA.COM) / LOS ÁNGELES)Día 25/03/2013 - 13.51h).
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