domingo, 24 de abril de 2016

El chavismo y ‘Chacumbele’

El régimen bolivariano es el único responsable de las calamidades que padece Venezuela

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Nicolás maduro (Foto: EPA)
Nicolás maduro (Foto: EPA)
LA HABANA, Cuba.- He leído recientemente una información muy interesante: Un grupo anónimo de chavistas, sin dejar de apoyar en lo esencial el sistema imperante en Venezuela, plantea la necesidad de realizar cambios profundos. Incluso argumentan la conveniencia de que el presidente Maduro renuncie. Todo esto lo expresan bajo un título truculento: “Deliberaciones desde las catacumbas”.
El documento contiene pasajes harto elocuentes: “Nos sentimos obligados a expresar nuestras críticas porque ya no es posible esconder el descontento que existe dentro de nuestras filas, que va de la mano con el deterioro de todos los índices sociales y económicos”. Y en otra parte: “Hace falta un ejercicio de desgarradora franqueza. Decirle la verdad al pueblo”.
Con respecto a la jefatura del Estado, los desconocidos autores plantean: “Justo es reconocer que el presidente Maduro no ha tenido éxito en enfrentar los difíciles retos de la realidad nacional e internacional”. Y concluyen al respecto: “Debe considerarse seriamente la posibilidad de que sean nuestros propios camaradas quienes le planteen en privado al Presidente que dé un paso al costado”.
En mi criterio, ese escrito refleja un estado de opinión que va ganando espacio dentro de las filas gobiernistas venezolanas. Como el país está hundido en el desastre, es lógico que así sea. (¡Qué lástima que, hasta ahora, no haya sucedido algo similar en Cuba, donde pasa lo mismo!) Pero lo que me ha animado a escribir el presente artículo es la forma en que esos disidentes, aun reconociendo el papel pernicioso desempeñado por sus propios compañeros, repiten lugares comunes del populismo.
Como causas del desastre que sufre el país, mencionan, sí, las “políticas macroeconómicas erradas” y “la inacción gubernamental”. En particular, citan, como “error económico más grande”, el “mantener de forma indefinida un control de cambios que debió haber sido temporal, mientras se ajustaban ciertos desequilibrios”. Pero no dejan de culpar también a los chivos expiatorios preferidos de la izquierda internacional.
Así, aluden –¡cómo no!– al “imperio norteamericano”. Olvidan que Estados Unidos fue con mucho, durante los lustros iniciales del chavismo, el principal comprador del petróleo venezolano. Y que la diplomacia de Washington hizo caso omiso a los frecuentes ataques del “Comandante Eterno”. Éste, para encontrar a toda costa el enemigo exterior que le hacía falta, imitaba a su mentor Fidel Castro y lanzaba constantes acusaciones contra el “imperialismo yanqui”. Pero recibía la callada por respuesta. Aparecía ante el mundo en la ridícula actitud de dar empellones al vacío.
Ahora, los antimaduristas vergonzantes también acusan de los males que padecen al “saboteo continuo de la derecha”. En otro pasaje de sus “Deliberaciones desde las catacumbas”, para referirse a ese otro supuesto culpable, utilizan una frase aún más tremebunda: “La guerra económica que ejecuta insensiblemente la derecha fascista”.
Por supuesto que, al plantear las cosas en esos términos, a los cripto-disidentes bolivarianos les falta la razón. No tienen la obsecuencia de los incondicionales, que mientras se aprovechan de sus vínculos con el poder, son incapaces de atribuir alguna responsabilidad a sus jefes. Pero esos discrepantes anónimos no vacilan en emplear los mismos argumentos falsos que utiliza la propaganda mentirosa del régimen.
Éste acosa a los empresarios independientes, los hace objeto de expropiaciones injustificadas, los coloca en situación desventajosa a la hora de competir con sus homólogos chavistas, les niega las divisas que necesitan para desarrollar sus iniciativas, los convierte en objeto predilecto de cuanta inspección arbitraria se le ocurra, los amenaza, les impone sanciones. Y después, cuando esos mismos capitalistas, ante el constante hostigamiento sufrido, se retraen y limitan su actividad económica, ¡los acusan de hacerle la guerra al gobierno!
Pero, en mi argumentación, yo quisiera ir un poco más lejos: Supongamos que, en efecto, los bolivarianos tengan razón, y que esos empresarios estén en verdad saboteando de manera deliberada al oficialismo, haciendo todo lo que pueden en contra del régimen. Si vamos a ser lógicos, en este punto tendríamos que preguntarnos: ¿Y a qué se debe esa hostilidad? ¿Cuáles son las causas de esa “guerra económica”!
Aquí, aunque por otro camino, volveríamos al mismo punto ya visitado: los despojos arbitrarios, el acoso gratuito, la retórica anti-capitalista, la “explotación del hombre por el hombre”, la vacua palabrería marxista y todos los restantes lugares comunes del “Socialismo del Siglo XXI”. Como es obvio, se trata de motivos más que suficientes para que esos hombres y mujeres de empresa se muestren hostiles al poder.
¿De qué se quejan entonces los chavistas! ¡Si habrían sido ellos mismos, con sus atropellos y su iniquidad, quienes pusieron en su contra a los ciudadanos con mayor iniciativa empresarial!
Sucede con esos señores como con el artista de circo cubano conocido como ‘Chacumbele’, cuyo suicidio por amor quedó eternizado en el estribillo de una canción popular. Entonces, del chavismo podemos también decir: “¡Él mismito se mató!”

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