martes, 14 de junio de 2016

“Ninguno de ellos es cubano”

En Washington ha culminado con éxito el XXI Concurso Interamericano de Derechos Humanos

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La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Foto: altavoz.pe)
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Foto: altavoz.pe)
WASHINGTON D.C., Estados Unidos.- Durante la pasada semana, gracias a la gentileza de la Escuela de Derecho de la American University, radicada en la ciudad de Washington, tuve la posibilidad de asistir al XXI Concurso Interamericano de Derechos Humanos. Pese a su nombre, hay que decir que, en realidad, en este evento también tomaron parte competidores provenientes de Europa, África y Asia.
No obstante el interés de los organizadores y a pesar del acercamiento con EE.UU., no asistió un solo equipo de Cuba. Si miramos las cosas desde la óptica del régimen castrista, esta omisión resulta lógica. ¿Qué hubieran podido argumentar esos compatriotas nuestros si, a diferencia de otros países latinoamericanos, en las universidades de la Isla no se aborda siquiera esa temática? ¡Y esto sin contar con lo indeseable que los contactos de “sus” alumnos con colegas extranjeros resultan para el gobierno de La Habana!
En total, asistieron más de cien equipos, cada uno de ellos integrado por dos estudiantes de jurisprudencia, asesorados por un tutor. La justa versaba sobre un caso hipotético repleto de complejidades legales: una demanda interpuesta ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en nombre de los familiares de varios activistas asesinados, así como de dos pueblos tribales, contra el “Estado de Santa Clara” por la supuesta responsabilidad de éste en infracciones jurídicas acaecidas en una república vecina.
Lo primero que llamó mi atención fue el extraordinario nivel de preparación de la generalidad de los concursantes. Las reglas del evento establecen que los jueces deben interrumpir a los ponentes para formularles preguntas relacionadas con los mencionados derechos y con el pleito ficticio. La mayoría de los competidores citaba con soltura datos concretos de documentos internacionales y sentencias reales en las que se da respuesta a las dudas planteadas.
Es de ese modo que los estudios sobre la referida especialidad —y, en particular, sobre el Sistema Interamericano de Derechos Humanos— se convierten en parte inseparable del arsenal que está a disposición de los nuevos juristas graduados en los países de Latinoamérica, algo que en nuestra Isla, al menos por ahora, representa una noble aspiración futura sin perspectivas inmediatas de hacerse realidad.
El desarrollo mismo del concurso sirvió para que los cubanos presentes constatáramos otras realidades bien opuestas a las del resto de nuestro hemisferio. En determinado momento, uno de los magistrados, dirigiéndose a los miembros de los equipos concursantes, hizo un comentario sobre las excelentes perspectivas profesionales que se abrían ante ellos. “Recuerden lo que les digo”, exclamó: “¡Ustedes van a ser millonarios!”
Por desgracia, también en este punto tenemos que reconocer las abismales diferencias que existen para mal entre Cuba y los países hermanos. Un futuro como ése es imposible augurárselo a un residente de nuestra Isla. De hecho, la mentirosa propaganda comunista presenta la aspiración a alcanzar un éxito de ese tipo, en base al talento y al esfuerzo propios, como algo intrínsecamente malvado y condenable. Una gris medianía es la única perspectiva que el castrismo exhibe ante sus jóvenes estudiantes.
Esto —¡claro!— a menos que estemos hablando de alguno de los hijitos de papá que pertenecen a lanomenklatura marxista-leninista. Para personajes como Antonio Castro Soto del Valle, por ejemplo, no existe la austeridad predicada por los marxistas. Para ellos sí resulta posible emprender costosos viajes en lujosos yates, hospedarse con sus acompañantes en carísimos hoteles y realizar otros gastos de millonario.
Es justo y necesario que felicitemos a la American University por los dos decenios que lleva realizando este importante concurso, el cual ha servido para capacitar en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos a más de 2 800 estudiantes y profesores provenientes de 40 países. Repitiendo una frase que el castrismo utiliza para cantar las supuestas bondades de su régimen, también en este caso podemos decir, por desgracia: “Ninguno de ellos es cubano”.
El periodista independiente René Gómez Manzano reside en Cuba y se halla de visita en EE.UU.

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