lunes, 4 de julio de 2016

El lúgubre informe de la señora Bejerano

Los actos de corrupción no hacen sino aumentar

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Gladys Bejerano, contralora general de la república (foto: cocnoticias.com)
Gladys Bejerano, contralora general de la república (foto: cocnoticias.com)
LA HABANA, Cuba.- En la más reciente reunión del Consejo de Ministros hubo una sola intervención interesante: la de la señora Gladys Bejerano, contralora general de la República. A diferencia de los ministros, Bejerano manifestó su preocupación por el continuo crecimiento de las actividades delictivas detectadas en el 2015.
Hace unos meses, el mercado mayorista El Trigal fue cerrado –según se dijo, “temporalmente” –, por haberse detectado serias irregularidades y hechos delictivos.
Hace cerca, escribí aquí en CubaNet un artículo titulado “Sandokán, el tigre de la falacia”, donde narraba cómo fue que el primer administrador de ese agromercado se hizo con cerca de 300 000 dolares.
En aquel momento lo nombré Sandokán para protegerlo a él y su familia, porque yo no estaba dispuesto a ayudar de ninguna forma a  los miñones del régimen. Hoy, como ya todos están en tierras de libertad, les explicaré la historia  hasta donde la prudencia dicta.
¿Cómo llegó Juan Carlos Castell, que es el nombre real de Sandokán, a este importante  puesto? Muy fácil: de la misma forma que centenares de administradores, con méritos “revolucionarios” tales como ser militante del Partido Comunista, persona de confianza del Minint , cederista destacado o haber sido  avalado por la  Contraloría  Estatal de acuerdo a su desempeño previo.
En el caso de Castell, demostró su “dedicado trabajo en el control de los medios estatales”, según consta en su expediente de cuadro del Partido.
¿Por qué ahora se hizo público el desfalco que cometió el sustituto de Sandokán? Este cayó en la misma conducta delictiva que su antecesor, aunque seguramente con menor botín. Pero para no hacer de esto un culebrón, hago sintéticamente un corto introito, ya que conozco el tema de primera mano.
A pesar de que anualmente se hace una verificación fiscal nacional por parte de la Contraloría General,  siempre se detectan casos de corrupción que, en su mayoría, no se hacen públicos por ser del dominio exclusivo del Ministerio del Interior (MININT).
No obstante el secretismo oficial, a veces se han filtrado informaciones de algunos casos bastante escandalosos,  como la malversación millonaria del Jefe de Servicios Comunales del municipio Centro Habana y varios incidentes detectados en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel que involucran a dirigentes cubanos e inversionistas extranjeros.
Es tan alarmante el ritmo al que crece la corrupción que la señora Bejerano se ha visto obligada a presentar  un lúgubre informe al Consejo de Ministros.
El origen real de  estos hechos no es la asociación delictiva ni la inobservancia de las normas de control, como relata en su informe Gladys Bejerano. Esto es del conocimiento total del régimen, pero como lo establecen los estatutos del Partido, este cae prisionero de su propia trampa: el método centralizado con que el régimen selecciona a sus funcionarios mediante la conocida  política de cuadros del Estado y del gobierno, rectorada por el Partido.
Esta política establece la obligatoriedad de que todos los cuadros tienen que ser militantes del Partido o la Juventud Comunista y tener una educación de media superior a superior.
Consideren que el 25% de la población cubana de entre 25 y 45 años tiene grados escolares entre nivel medio o superior y verán por qué  es que muchos jóvenes ven en esta política una vía rápida para el enriquecimiento personal y la posterior salida de Cuba, como ha quedado demostrado últimamente.
No obstante verse compelida a reconocer este preocupante  crecimiento de los delitos de corrupción, principalmente en la agricultura y la gastronomía, Gladys Bejerano dijo que este aumento se debe a “la inobservancia continua de  las normas de control”
palfonso44es@gmail.com

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