jueves, 19 de abril de 2018

“Con esta gente nunca se sabe”

Reacciones de varios actores de la sociedad civil cubana ante la subida de Díaz-Canel al poder

Raul Castro junto al presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo y al ahora presidente Miguel Diaz Canel en Sancti Spíritus, durante el 63 aniversario del asalto al Cuartel Moncada (AFP/Archivo)
LA HABANA.- Con tres policías por esquina, la gente recibe la sucesión de poder con apatía y en los centros de trabajo dan la orden de guardar palos y piedras por si hay alguna “reacción” ante los movimientos en la cúpula del Gobierno cubano. Algunos activistas miran con decepción o escepticismo en qué se convirtió “el cambio” para cuando los Castro dejaran el poder.
Julio Ferrer, abogado independiente del Centro de Asesoría Cubalex, no lo ve “por ninguna parte”. El jurista define lo que sucedió ante los ojos de los cubanos como “una monarquía ligada a un sistema presidencialista, como en España, donde el Rey interviene cada vez que la cosa se pone en candela”.
Julio Ferrer (Archivo)
Los medios oficialistas han estado negando la omnipresencia del Partido y una supuesta autonomía de la Asamblea Nacional.
La artista Lía Villares, en tanto, aún sin haber resuelto el “robo” de sus medios de trabajo como represalia ante su postura opositora al sistema se pregunta: “¿Qué cambio?”.
Villares cree que los que confían en que habrá cambios “son los mismos que creyeron ayer que Obama haría algo”, y los denomina “obamistas”.
Para Fernando Palacio Mogar, coordinador del Centro de Estudios de Liderazgo y Desarrollo (CELIDE), “el tema es que volvemos a caer en lo mismo, no se le está dando participación a quien debiera tener el poder de decidir quién debe dirigir su país por los próximos cinco años”.
Lía Villares (Foto: María Matienzo)
Aunque es de la corriente más optimista, Mogar coincide con el periodista de La Hora de Cuba, Henry Constantín, quien ve “un Consejo de Estado ligeramente más joven que el anterior”, aun cuando Ferrer solo note “que se mantienen algunos que tienen la misma edad que Raúl”.
“No hay ninguna renovación, lo que incorporan como jóvenes no pintan nada”, afirma el abogado.
Constantín compartió en su cuenta de Facebook lo que para él va dejando detrás Raúl Castro: “Miedo, pobreza y desesperanza”.
Fernando Palacio Mogar (Archivo)
El rayo de “sol” o de “luz” que logran ver tanto Palacio Mogar como Constantín está ligado a la ausencia del apellido Castro en las nominaciones o “la ausencia de figuras que uno esperaba fueran muy agradables para el Gobierno cubano como los cinco espías liberados u otros nombres que se movían entre bastidores, pero que obviamente no fueron elegidos”, analiza Constantín, que cierra su análisis con una descripción del Consejo de Estado recién electo: “Funcionarios anónimos fácilmente controlables y a los ya ancianos veteranos de la (lucha en la) Sierra (Maestra) y amigos de Raúl Castro”.
El coordinador de CELIDE tiene esperanzas de que “esto marque una nueva era, un nuevo período”.
Una vecina de La Víbora, de unos 70 años aproximadamente, quien parece haber adquirido su experiencia política de las tantas horas de pensar en qué cocinar para sus hijos y nietos, sentencia “es la misma mierda, eligen a uno, mientras el otro se queda al frente del Partido, que sigue siendo eterno”.
Henry Constantín (Foto tomada de Martí Noticias)
Díaz-Canel fue el candidato preferido durante más de cinco años y muchos esperaron que sufriera la misma suerte de Carlos Lage, Felipe Pérez Roque, Roberto Robaina u Otto Rivero, de quienes se pensó alguna eran los elegidos.
El nuevo jefe de Estado terminó siendo “el rostro, entre comillas, nuevo”, dice Lía Villares, “porque desde hace rato que lo están exhibiendo”.
“Es al que tiran la ‘papa caliente’ de una dictadura abiertamente reconocida”, comenta la activista.
Sobre la represión tras el día de hoy, “los optimistas se están olvidando del video que circuló por segunda vez en internet donde el nuevo presidente decía lo que le haría la prensa o lo que haría con los actores políticos de la oposición”, recuerda Kirenia Yalit Núñez Pérez, coordinadora general de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana.
Kirenia Yalit Núñez, coordinadora de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana (Archivo)
Yalit Núñez ve “menos libertad” hoy. La “diferencia” —que para ella no implica “cambio”— en lo que acaba de ocurrir “es parte del juego y la manipulación, solo que ahora lo están televisando por todas las campañas que ha habido con el tema de las elecciones, pero no creo que vaya a cambiar absolutamente nada”. Está convencida de que Díaz-Canel tratará de “demostrar un poder que no tiene con el recrudecimiento de la represión contra los activistas, contra la sociedad civil independiente”.
El futuro de Cuba es “un poco incierto”, según Fernando Palacio. Lía Villares lo ve “lleno de las mismas reuniones estériles donde seguirán hablando de crisis económica, de todas las que afronta el país, y la culpa seguirá siendo del bloqueo”.
El futuro nadie lo puede predecir, pero del presente Núñez Pérez está convencida que “nos lo han simplificado: hay un candidato, un cargo y basta con que tenga un solo voto para que salga electo”. El panorama político, más que “complejidades” tiene “dobleces”, y se pregunta por la “felicidad de Díaz-Canel y sus cambios de rostro cuando Raúl Castro, el día antes de ser definitivamente electo, le hizo un comentario al oído”.
“Con esta gente nunca se sabe”, afirma.

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