viernes, 31 de agosto de 2018

Me desordeno, UNEAC, me desordeno

A raíz del fallecimiento de la poetisa Carilda Oliver, anda por la calle una parodia de su soneto más popular: Me desordeno, amor, me desordeno

Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y Abel Prieto, ministro cubano de Cultura, junto a Carilda Oliver (foto ACN)
LA HABANA, Cuba.- La parodia no es siempre la imitación burlesca de un género, de una obra artística o literaria, del estilo de un escritor, o de los gestos o maneras de ser una persona, como dice el diccionario VOX, sino también un homenaje y desagravio a quienes sin  poder asumir su defensa en público, una mano amiga transforma sus palabras y las dirige contra su agresor.
En Cuba, la parodia es considerada “un arte” subversivo cuando va dirigida contra funcionarios de alto rango, instituciones gubernamentales, o cambia el sentido de una obra  de alabanza al Estado, en crítica contra el poder. Por aquí circulan en abundancia parodias irreverentes, que  provocan  rechazo, pero también exquisitas que llaman a la reflexión.
A raíz del fallecimiento de la poetisa Carilda Oliver Labra (Matanzas, 1922-2018),  profusamente difundido por los medios de información del país, una mano anónima me hizo llegar una parodia del soneto más popular de la poetisa, Me desordeno, amor, me desordeno, con una introducción que alude al 57 aniversario de creada la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba).
Según el texto que precede a la parodia del soneto de la célebre inquilina de la Calzada de Tirri 81, bastaron sólo dos versos de Carilda para que los gendarmes y censores de la UNEAC, por órdenes de las autoridades cubanas, y sin tomar en cuenta el  promocionado Canto a Fidel, que pudo poner en riesgo la vida de la poetisa, la silenciaran durante 17 años.
Los versos subversivos en cuestión, fueron los siguientes: “De veras que los frijoles se han demorado en hervir”, y, “Mi familia es el toque del cartero a la puerta”. De acuerdo con los hermeneutas en dinamita poética contrarrevolucionaria,  el primero indica el desprecio burgués por los frijoles del pueblo; y el segundo, una pérdida irremediable de la identidad.
Parezca broma o no,  por  estos versos Carilda fue marginada. “No me publicaron, no salí en ninguna antología, no figuré en nada, cuestión que desde luego, me ha perjudicado mucho porque fueron diecisiete años de aparente silencio”,  expresó  en  entrevista con Alicia Elizundia Ramirez, recogida en el libro Sin perder la memoria  (Editorial Capiro, Santa Clara, 2011).
Y aunque la posterior conducta de Carilda contrarió a mi anónimo proveedor de parodia, al aceptar sin recibir  reparación ser insertada en sus habituales espacios, como si fuera un acto de magnanimidad y no una arrogante injuria, envió esta parodia como  desagravio a la novia eterna de matanzas, y como un trompetilla de desprecio a la detestable UNEAC.
Me desordeno, UNEAC, me desordeno (Parodia)
Me desordeno, UNEAC, me desordeno
Cuando voy en tus siglas, demorada,
Y casi sin por qué, casi por nada,
Me ahogo en tu cínico veneno

Me ahogo en tu cínico veneno
Y con mi soledad desamparada,
Y acaso por no estar ya censurada
Me desordeno, UNEAC, me desordeno.

Y mi suerte de fruta irrespetada
Arde en tu mano lúdica y malvada
Como una eterna promesa de veneno

Y aunque quiero perdonar tu canallada,
Cuando leo tus siglas, espantada,
Me desordeno, UNEAC, me desordeno.

(Cubanet)

No hay comentarios:

Publicar un comentario