Del super premier Fidel Castro al primer ministro Marrero
En 1959 Fidel Castro se convirtió en un super primer ministro con más poder que el presidente de Cuba
(Foto: Cubadebate) |
LAS TUNAS, Cuba. – Desde el pasado sábado una fotografía está dando la vuelta al mundo. En ella se ve, al centro -en términos militares, digamos que, por la vanguardia-, al general de ejército Raúl Castro, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) -según la Constitución, “fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado” cubano- y detrás de él (en la retaguardia), al recién designado primer ministro Manuel Marrero Cruz.
Flanquean a Marrero otros dos generales: por el flanco derecho el general de cuerpo de ejército Leopoldo Cintras Frías, ministro de las Fuerzas Armadas, y, por el flanco izquierdo, el vicealmirante (equivalente a general de división) Julio César Gandarilla Bermejo, ministro del Interior.
Los militares fotografiados no posan ante las cámaras de la prensa oficial, sencillamente, cuales diputados, ocupan sus curules en la Asamblea Nacional y, de paso, proyectan una imagen al mundo que, para explicarla, no es preciso ser experto en iconografía; aunque llegado el momento, sí necesitaremos especialistas en ciencias de las imágenes para traducir los mensajes enviados al mundo a través de la amplísima colección de fotografías castristas en momentos cruciales de lo que ellos llaman “Revolución”.
Pero este no es ese caso. Dicen que en periodismo una fotografía expresa más que mil palabras y esta imagen del recién designado primer ministro Marrero rodeado de generales retrata perfectamente el día de hoy y los últimos 60 años en la cotidianidad sociopolítica de la historia de Cuba.
“¿Tengo que quitarme el uniforme?”, preguntó Fidel Castro el 16 de febrero de 1959, horas antes de tomar posesión del cargo de primer ministro.
Castro y seguidores dijeron luchar por restablecer la Constitución de 1940 -una de las más progresistas de su época- conculcada por el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, sustituida el 4 de abril del propio año por los llamados “Estatutos Constitucionales”, dictados por el régimen del general Fulgencio Batista.
Pero no más tomado el poder el 1ro de enero de 1959, el castrismo torcía y retorcía el sendero de la democracia en Cuba con más recovecos que la dictadura de Batista.
En lugar de restablecerla, tan temprano como el 7 de febrero de 1959, la Constitución de 1940 fue reescrita y renombrada de forma enjundiosa como “Ley Fundamental”. ¿A qué venía el pleonasmo? Se sabe, ¿no?, la Constitución de un país es su ley primera, fundamental, a la que todos y todo se subordina.
Pero ese acatamiento a la ley suprema es supuesto, fingido: en Cuba, desde 1959 y hasta el día de hoy, el Derecho Constitucional se ejerce según los intereses personales de un grupo de personas y no según los derechos constitucionales de la nación toda.
Basta un ejemplo, primigenio, fundacional, para mostrarnos cómo Fidel Castro en 1959 se convirtió en un super primer ministro con más poder que el presidente de Cuba, y como hoy la persona que hace de presidente de la República debió recibir el visto bueno del general Raúl Castro y de los jerarcas del Partido Comunista antes de informar a la Asamblea Nacional del llamado poder popular “su propuesta” para designar al primer ministro.
Para ejercer ese cargo, Fidel Castro exigió que debía tener el control directo de la política del Gobierno. Esa exigencia conllevaba un cambio en el artículo 146 de la recién aprobada Ley Fundamental seis días antes, el 7 de febrero de 1959, que era una copia del artículo 154 de la Constitución de 1940, y cuyo postulado expresaba: “El primer ministro representará la política general del Gobierno y a este ante el Congreso”.
El día 13 de febrero de 1959 y para empleo de Fidel Castro fue reformulado por el Consejo de Ministros el artículo 146 de la “Ley Fundamental” el cual expresó: “Corresponderá al primer ministro dirigir la política general del Gobierno, despachar con el presidente de la República los asuntos administrativos, y acompañado de los ministros, los propios de los respectivos departamentos.”
El cambio fue tan sustancial que, de representar al Gobierno, el primer ministro pasó a dirigir los destinos de Cuba. No hubo plebiscito, referéndum ni elección. Nada.
Aquel 13 de febrero, a toda prisa, el secretario de la presidencia debió ir a la imprenta y ordenar la destrucción de todos los ejemplares de la Gaceta Oficial de la República de Cuba con la publicación de la “Ley Fundamental”, cuya edición debía esperar por la nueva redacción del artículo 146. Así Fidel Castro pasó a jefe de todo hasta su muerte.
Y cuando el 16 de febrero de 1959 al asumir el cargo de premier Fidel Castro rehusó despojarse del uniforme militar, el entonces ministro de la presidencia y secretario del Consejo de Ministros, doctor Luis Buch, recordó al comandante de las tropas de tierra, mar y aire, las muy negativas opiniones existentes en América respecto a los militares como jefes de gobierno, replicando entonces Fidel Castro:
“¡Ah, no, no; este uniforme y estas barbas significan la rebeldía de la Sierra Maestra y de nuestra Revolución y no me las quito de ningún modo! ¡Búsquense otro primer ministro!”
Huelga decir que Fidel Castro gobernó por decreto con botas de infantería, uniforme de campaña y pistola al cinto desde 1959 y hasta 1976, cuando por obra y gracia de la “constitución socialista”, los cargos de presidente y de primer ministro fueron absorbidos por el rimbombante puesto de… “presidente del Consejo de Estado y de ministros”, ocupado por el Comandante en Jefe hasta 2006.
Pero, aunque el primer ministro Marrero ahora no viste uniforme de campaña, ni de diario, ni de gala (aunque sí lleva barbas), conviene recordar, por permanecer la situación de fondo de 1959, la del poder totalitario, cómo Fidel Castro tomó posesión del cargo de primer ministro el ya lejano 16 de febrero de 1959, que fue del mismo modo como ahora llegó a esa butaca Manuel Marrero Cruz: flanqueado por casacas militares.
Recibe la información de Cubanet en tu teléfono a través de Telegram o WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 498 0236 y suscríbete a nuestro Boletín dando click aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario