
Lic.Ernesto García Díaz
Abogado y Periodista Independiente
El pasado miércoles 23 de
octubre, el periódico Granma publicó, con la firma de Freddy Pérez Cabrera, la
siguiente noticia: “Reconoce FAO labor de Cuba en la agricultura sostenible”.
Por su parte, el jueves 24, el columnista Nelson García Santos, del periódico
Juventud Rebelde, señalaba: “Destaca la FAO adelantos de nuestro país en la
agroecología”.
Estas
informaciones fueron divulgadas en ocasión de celebrarse, en Cuba, el Segundo
Simposio Internacional de Raíces, Rizomas, Tubérculos, Bananos y Papaya, organizado
por el Instituto Nacional de Viandas Tropicales (INIVIT). El evento se extendió
hasta el día 25.
Ambos
reporteros emiten sus comentarios desde Caibarién, en la provincia de Villa
Clara, donde Theodor Friedrich, representante en Cuba de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hizo varias
intervenciones, que obviamente contrastan con la realidad que vive el productor
cubano y con la alimentación que recibe el pueblo.
Según
Pérez Cabrera, Friedrich reconoció los resultados de nuestro país en la
consecución de la agricultura sostenible, lo cual coloca a Cuba en una
“posición envidiable”, respecto a otros países. No señala cuáles son esos
resultados, pero sí dijo que: “Los éxitos en el control biológico de plagas y
enfermedades, el uso de abonos orgánicos, biofertilizantes, así como el empleo
de semillas de calidad, entre otras prácticas, constituyen fortalezas de la
nación cubana, que le permiten avanzar hacia la consecución de una agricultura
de conservación”.
Por su
parte, García Santos reseñaba el reconocimiento de Theodor Friedrich a los
aportes del INIVIT “en la producción de nuevas variedades de mayor rendimiento
y resistentes a las plagas y enfermedades”, así como su labor encaminada a que
“los productores introduzcan los logros de la ciencia y la técnica”.
De
igual forma, el pasado 24, el periodista Ventura de Jesús García, también de
Granma, reportaba desde la provincia de Matanzas la visita del doctor Adolfo
Rodríguez Nodal, jefe del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana.
Este dirigente alabó los resultados de este Programa, del cual él mismo es
jefe. Todos los territorios fueron calificados de “bien”, excepto la Isla de la
Juventud, que fue catalogada como “regular”. Aun así, llamó a explotar al
máximo las posibilidades de las tierras que rodean las ciudades y pueblos...
Por
razones obvias, no pude asistir al Segundo Simposio Internacional de Raíces,
Rizomas, Tubérculos, Bananos y Papaya. Tampoco pude estar en Matanzas. No
obstante, como conozco bien el desastre de la agricultura en nuestro país, no
logro entender los elogios del ilustre representante de la FAO a esa rama de la
economía en nuestro país. Algo parecido puede decirse del doctor Rodríguez
Nodal.
Debido
a esa imposibilidad mía de estar presente en tan importantes eventos, decidí
visitar uno de los organopónicos de la Cooperativa de Créditos y Servicios
“Gabriel Valiente”, en el municipio Habana del Este. Esta unidad está enclavada
en la Zona 6 del reparto Alamar. Allí visité los estanques resecos de la
lombricultura y observé sus huertos con escasos sembradíos.
También
estuve en el punto de venta, donde solamente había cabezas de ajo, a 3 pesos,
en moneda nacional; unas manos de plátanos burro maduras listas para tirar al
desecho, y cebollinos, a 4 pesos. Estos últimos eran de manojos secos y al
parecer no producidos por el huerto. En la casilla había únicamente carne de
cerdo, en sus diferentes propuestas: manteca, a 15 pesos la libra; lomo a 28,
paleta a 25, costilla y jamón a 30, y bisté y lomo ahumado a 40 pesos la libra.
Es
irónico que Cuba sea un referente y se informen avances en la “agricultura
sostenible”, o en la “agroecologia”, cuando no existen las necesarias
infraestructuras ni tecnologías para conquistar esos logros. Y esto sin contar
con que se trabaja sólo al mínimo en la acuaponía, moderno método integrador de
producción hortícola y de pescado fresco para la alimentación.
En el
caso del evento científico en cuestión, hubiera sido interesante que en vez de
celebrarlo en un lujoso hotel, fueran a reunirse en las bases productivas, y le
preguntaran a nuestra gente de a pie con qué se alimentan. Hubiesen comprobado
que en cuanto a la agricultura urbana, la mesa sigue igualita.
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