lunes, 17 de marzo de 2014

¿Qué pasa con la sal?



Lic. Ernesto García Díaz
Abogado y periodista independiente

Aunque rodeado de mar, este país importa el preciado producto de España. Se gasta millones en comprarlo
Vuelve a escasear en las bodegas, mercados y red de tiendas recaudadoras de divisas (TRD), donde se vende el paquete de sal cubana “Caribeña” de un 1 kilogramo a 45 centavos dólar (equivalente a 10.80 pesos cubanos).
Este reportero hizo un amplio recorrido por las diferentes redes de tiendas para contactar la actual situación de desabastecimiento de la preciada mercancía:
En el mercado de “Ultra”, perteneciente a la cadena de Tiendas  Recaudadoras de Divisas (TRD),  la dependiente expresó:
-Hace tiempo que no tenemos la sal cubana Caribeña. Estamos vendiendo una “Sal fina Andaluza” al precio de 1.65 pesos convertibles (equivalente a 1.58 dólar), marca Aucha, en formato de mini dosis condimentada de 250 gramos, fabricada por la compañía española Sales Marinas S.A”.
En el mercado “El Villareño” de la calle Montes, la amable cajera, me dijo:
-Aquí llevamos meses sin sal, se ha perdido, no sabemos qué pasa, no hay estabilidad en el envío de sales.
También pasamos por los stands de los mercados de la Época, Yumurí, Carlos III,  sin que observáramos la presencia de sal. En el mercado de la Isla de Cuba, este reportero habló con una dependienta, que prefirió su anonimato:
-Por esta zona no hay sal empaquetada en ningún lado, hace tiempo. Dicen que en el “Oso Blanco” hay liberada a granel, pero mojada.
Me dirigí a la mencionada tienda, ubicada en la calle Galiano, donde conversé con el dependiente del área de venta liberada:
-He vendido –dijo- una sal húmeda a granel, de grano grueso, el saco no indica la fábrica de procedencia, ni tengo certificado de calidad.  Tampoco sé si es yodada. Aquí la trajeron y se vendió a 5 pesos el kg, malísima, no hay otra, la gente la compra, disgustada y hablando horrores.
Esperemos no se repitan los mismos problemas que en el 2013 afectaron a la industria salinera cubana. Ese año en Puerto Padre,  faltaron 21 casillas como promedio mensual para ser cargadas de sal. Allí sus obreros no recibieron el abono de estímulo de 10 pesos convertibles (CUC), o sea 240 pesos cubanos, en los últimos cuatro meses.
Un poco de historia no viene mal
En la década de los 60, las salineras cubanas quedaron bajo  control estatal al ser intervenidas y nacionalizadas por el régimen castrista. Años después, comenzó a escasear la sal de consumo, hasta quedar racionalizada su distribución a los hogares cubanos. Desde entonces, consumir sal en Cuba es una película, aunque hablemos de un país rodeado de agua de mar.
En el 2012, el Ministerio de Comercio Interior dispuso que a partir del mes de marzo la sal estaría liberada en los establecimientos del mercado paralelo, al precio de cinco pesos en moneda nacional (20 centavos dólar) para el kilogramo de sal fina húmeda yodada, y de cuatro pesos (0.15 dólares) para la sal gruesa centrifugada.
Este producto también se distribuye normado a razón de 1 kg por núcleos de hasta de tres personas, y proporcionalmente según la cantidad de miembros así será las raciones de sales a recibir cada tres meses.
La producción de salinera es dirigida por la Empresa Nacional de Sal, perteneciente al Ministerio de Energía y Minas. Cuenta con 5 unidades empresariales productoras, dos en la costa sur del país, ubicadas en la provincia de Guantánamo (“Joa” y “Caimanera”); y en la costa norte, en Puerto Padre, Las Tunas; la camagüeyana “El Real”, y la matancera “Bidos”; así como otros yacimientos en proyecto de desarrollo.
Según los dirigentes de este sector, existe potencialidad productiva para alcanzar la extracción de más de 400 mil toneladas anuales, que posibilitaría la venta liberada; así como un mercado exportable. Pero ello no se cumple, por la mala administración de gobierno, que en repetidas ocasiones ha tenido que importarla a elevados costos (En el 2008 importó  cerca de 30 mil toneladas a un costo de 9 millones de dólares).
En el 2010, el régimen publicitó:  “…se recupera la producción salinera en Cuba”. La noticia tuvo gran acogida popular, pero nunca llegó a la mesa doméstica. La distribución de sal a la red minorista no rebasó las 36 mil toneladas anuales. Ni la extracción de sal en grano superó las 281 mil toneladas.

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