lunes, 12 de mayo de 2014

La “balita” de gas, un dolor de cabeza


Largas colas para conseguir gas licuado, vital para el funcionamiento doméstico. “Hay viejitos arrastrando el cilindros, pobres”, dice un vendedor

Punto de venta de gas licuado, calle 3ra. Altahabana_foto de Ernesto García
Punto de venta de gas licuado, calle 3ra. Altahabana_foto de Ernesto García
LA HABANA, Cuba.- En la capital cubana, una parte del gas de consumo doméstico se distribuye por las redes soterradas, conocida como Gas de la Calle o manufacturado; y la otra se suministra en cilindros de gas licuado, envases llamados popularmente balitas. El suministro estable y despacho rápido de éste último sigue siendo uno de los problemas sin solucionar por la empresa Gas Licuado de La Habana.
La entidad, a fínales de diciembre de 2013 comenzó la venta liberada de cilindros a 130 pesos cubanos (5.20 dólar), aun cuando les llovían las quejas por demoras en la distribución y el despacho de las “balitas” normadas. Aunque dicha medida hasta ahora no ha transcendido, en algunos puntos continúan las largas colas y algunas personas se quejan del mal servicio.
Desde 2012, el gobierno cubano no emite informaciones sobre producción, importación y consumo poblacional de gas licuado. Los últimos registros informativos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), datan del 2011, año en que la Isla produjo 84 mil toneladas métricas e importó más de 92 mil, cifras que al parecer no resolvían la creciente demanda del país.
Cuba tiene que importar anualmente cerca de 95 mil toneladas métricas de gas licuado, para garantizar el consumo de la población y de los sectores productivos del país, pese a la implementación desde hace más de siete años del programa conocido como la “Revolución Energética”.
Para corroborar con certeza las quejas e insatisfacciones de la población sobre el servicio de venta de las balitas de gas licuado, visitamos los días 3 y 4 de mayo los comercios situados en calle 3era y 7ma, y calle A, ambos del reparto Altahabana, municipio de Boyeros.
Larga cola esperando ser "despachados"_foto de Ernesto García
Larga cola esperando ser “despachados”_foto de Ernesto García
Venta de gas en el punto de Calle 3ra.
Ángel, técnico de la salud del Hospital Enrique Cabrera, expresó a este reportero: “Salí a las 8 de la mañana de la guardia del hospital. En la casa nos quedamos sin gas hace dos días. Son las tres de la tarde y aún me quedan como diez personas por delante. Llevo 7 horas esperando, ¿tú crees, que esto es correcto, después que nos pidieron que tiemble la tierra?”.
Un hombre que no quiso ser identificado, señaló: “Yo llegué a las 3 de madrugada y cogí el número 20 de la cola, aquí la gente duerme. El problema es que abren sobre las 12 del día, recogen poco a poco las tarjetas hasta las 5:30 de la tarde. Ellos terminan de despachar y se van, no importa que nos quedemos sin coger el gas cualquier cantidad de personas.”
Antonio, mensajero del mercado normado de Altahabana, dijo:
“Aquí todo es como es. Nosotros trabajamos desde las ocho de la mañana hasta la noche repartiendo mandados, para ganarnos nuestro dinero. El punto de venta abre y trabaja durante 5 horas al día, por eso son estas colas, cogiendo sol la gente, sentados arriba del cilindro. Mira para la bodeguita, como hay más personas esperando el gas. Se quedaran la mitad sin coger, porque despachan como la tortuga y se van a las cinco y treinta de la tarde”.
Robertico, un cliente del punto de venta, nos manifestó:
“Ellos abren a la hora que quieren, no tiene apuros, no son malas personas, pero aquí somos muchos. Deben poner más gente a despachar y abrir por la mañana y la tarde. Para colmo, no nos quitamos de arriba la libreta de productos normados, pues ellos te chequean a ver si eres cliente de gas licuado, por un número que te dan en una libreta, pesan la balita, te hacen un vale de venta y registran el número del pequeño cilindro que te venden. Se demoran mucho en todos esos trámites burocráticos”.
Venta en el punto de calle A
El jefe de punto, un joven de cerca de 28 años, que no quiso dar su nombre, señaló:
“Aquí hoy no hay cola, otros días sí, eso depende de la distribución de la empresa y del consumo pico de los clientes. En este punto compran los clientes registrados en las bodegas que nosotros atendemos. Hay gente que viven cerca del centro de venta de Calle 3era y 7ma y compran en este punto. Es difícil, es uno de los que más vende en la Habana, por eso las colas que se hacen”.
Finalmente concluyó:
“Nosotros trabajamos de 12 a 6 de la tarde. Procesar un cliente nos lleva unos cinco minutos. Es difícil despachar, en 6 horas, 100 consumidores. Por eso tenemos días con tanta cola en una zona tan poblada como esta. Hay que buscar otras alternativas, viables al consumidor, aquí vienen viejitos arrastrando sus carritos porque no pueden pagar a un mensajero, cobran muy caro, casi un dólar, da pena y dolor ver a esos ancianos arrastrando el cilindro. Debe rescatarse el servicio a domicilio, ahora que dicen que entraron más camiones”.
Arrastrando carritos para buscar el gas licuado_foto de Ernesto García
Arrastrando carritos para buscar el gas licuado_foto de Ernesto García

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