lunes, 19 de mayo de 2014

Nuevos edificios para los militares



Mientras La Habana se derrumba, la Empresa Unión Constructora Militar edificó en 3 años la comunidad Altahabanece


Foto-galeria de Ernesto García
LA HABANA, Cuba. -El régimen continúa la construcción de urbanizaciones, viviendas-apartamentos para los jefes de su ejército, en zonas periféricas de la ciudad de La Habana. La expansión de las nuevas construcciones se realiza en zonas micro localizadas por el cuerpo militar, formando barrios que son cotos de privilegio.
Mientras, cerca de 4 mil núcleos de albergados habaneros siguen careciendo de un hogar, y sus estancias en los centros de recepción se prolongan hasta por más de 15 años, lo cual les obliga a vivir hacinados en locales y zonas carentes de una adecuada infraestructura económico-social.
En zonas como las de Avenida 25, en San Agustín, o en la CUJAE, Casino Deportivo y Altahabana, se han edificado viviendas-apartamentos bajo una infraestructura de condominio. El de Altahabana, en el municipio Boyeros, tiene cerca de 100 edificios de cinco plantas y 2 mil apartamentos. Los inmuebles están situados en la Calzada de Aldabó y Calle 100. El complejo de viviendas, conocido popularmente como “Ciudad Paraíso”, posee una buena calidad constructiva, jardinería, pintura, paneles solares, así como red telefónica y asequibilidad a los medios de transporte que puedan existir.
La Empresa Unión Constructora Militar edificó en 3 años el complejo Altahabanece, lo cual marca una gran diferencia con el resto de otras entidades del sector de la construcción, pues posee recursos y financiamientos para sus inversiones. Las micro brigadas sociales (no militares) pueden demorarse 5 años o más en la construcción de un edificio, y los constructores por esfuerzos propios ni se sabe qué tiempo, pues carecen de materias primas, accesorios y financiamientos. Imágenes fotográficas revelan lo dicho.
El ejército sigue construyendo viviendas para sus empleados, así como para el Ministerio del Interior y organismos civiles vinculados al sector castrense, a pesar de la compleja situación que tiene la zona central de la capital cubana, con edificios cuyo deterioro estructural, urbanístico y arquitectónico pone en peligro la vida de miles de personas y los valores históricos de esas edificaciones, principalmente las del municipio Habana Vieja, declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Los militares se desentienden del plan de construcción de cerca de 3 mil viviendas anuales, que necesita la capital para solucionar definitivamente el problema de vivienda de los albergados, y de las más de 18 mil viviendas en mal estado situadas en el casco histórico habanero. Allí viven hacinadas cerca de 25 mil personas, que representan el 18% de la población del municipio Habana Vieja.
Ante esa realidad, el régimen utiliza un doble discurso, cuya mayor expresión es la sostenida por el General Presidente al declarar que “hay que consultarle todo a los trabajadores”. ¿Acaso para construir el conjunto militar de Altahabana se consultó a la población de su entorno o a las organizaciones sindicales de su radio de acción?
Antes de asegurarles la comodidad a los jefes militares, habría que empezar por rehacer el acueducto habanero, sus redes eléctricas, de comunicaciones y de gas manufacturado, que en su mayoría están colapsados. Para citar un solo ejemplo, el acueducto de la Habana se construyó hace 100 años, en 1913, cuando esta ciudad tenía 300 mil habitantes. Ahora tiene más de 2 millones.
Un especialista del Ministerio de la Construcción dijo:
“La Habana cuesta 3000 millones de dólares arreglarla. Yo creo que es mucho más; pero de todas maneras, mi respuesta es que La Habana cuesta, pero vale. Y la única manera de encontrar el dinero para mantener esta ciudad es la que encontró Eusebio Leal, es poner a la ciudad en condiciones de generar dinero para ella misma”.
Sin embargo, el régimen no demuestra tener interés en que esto suceda. Su único afán es controlarlo todo. ernestogardiaz@gmail.com

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