Lic. Ernesto García Díaz
Abogado y periodista independiente
Comienza en La Habana el desfile por el Malecón. Se venden entradas y alistan las áreas del paseo de carrozas y comparsas, todo de muy baja calidad
viernes, agosto 8, 2014 | Ernesto García Díaz |
Foto-reportaje de Ernesto García
LA HABANA, Cuba -Los cines Lido, Payret y en el Copelita de Malecón, desde el pasado sábado 1 de agosto, venden las entradas del Carnaval de La Habana 2014, que comienza hoy. El gobierno de la capital dispuso dos fines de semanas de festividades: Los días 8, 9, y 10; así como los días 15, 16 y 17 respectivamente. Los carnavales habaneros se realizaban todos los fines de semanas del mes de agosto, pero las autoridades lo han ido menguando sin explicaciones, ni consultas con el pueblo. Así mismo hicieron cuando pasaron a julio las tradicionales carnestolendas (se celebraban en febrero) para hacer coincidir el carnaval con la conmemoración del asalto al Cuartel Moncada por los barbudos.
El área de los festejos y paseos se extiende desde la explanada de la Piragua hasta Malecón y la calle Marina. Los precios fueron establecidos por la comisión económica, que fijó los mismos para el área de sillas a 5 pesos moneda nacional (CUP), no equivalente al dólar. Las gradas 15 y la tribuna 20 CUP. Dentro de estas locaciones, dijo la prensa oficial, se prevé un adecuado servicio gastronómico en las diferentes áreas, para que los participantes puedan adquirir confituras, saladitos, comidas, refrescos y bebidas.
En un recorrido que realizó este reportero pudimos constatar que en el cine Payret es donde más tickets de entrada se han vendido. En el cine Lido, de Marianao, y en el Coppelita del Malecón, se han vendido las entradas pero en menos cantidad. Las vendedoras exhiben sus talonarios casi completos.
La familia cubana vive limitaciones, por su pobre economía, pues lo primero que garantiza es la alimentación, que de por si es carísima. Si en un pequeño núcleo de cuatro personas no trabajan tres, es muy difícil que puedan asistir al paseo del carnaval, pues en una noche el gasto sería de cerca de cuatro dólares por personas; y el salario medio nacional no excede de 18 dólares al mes.
En el Teatro Payret, el desorden en colas y las indisciplinas en general ocasionaron la intervención de las fuerzas policiales el primer día de ventas. Las fuerzas del orden también evitaron la compra de grandes cantidades de entradas por una misma persona, cuyo propósito sería revenderlas en fecha más cercana a la fiesta popular.
En la cola no faltaron broncas. La policía –también la “guardia canina”- impuso multas y detuvo a más una decena de personas, principalmente mujeres que desde horas muy tempranas hacían su cola o rotaban con varios números para adquirir los tickets. También hubo excesos y preferencias de personas que a menudo se colaban.
María, nombre imaginario que utilizó una trabajadora para identificarse con este reportero, expresó:
-Yo estaba correctamente en la cola, con un turno que ellos mismos repartieron, era la número 29 de esa vuelta, porque dan 30 turnos, y a medida que van pasando para la taquilla los recogen y vuelven a repartirlo. Querían colar a un amigo y corrieron los turnos, no lo acepté y me ha costado una multa, porque le contesté fuerte al policía.
Un jubilado, también bajo anonimato, manifestó:
-No hay organización ni para vender unas papeletas, estoy desde las 11 de la mañana en la cola y, mira, a las 5 de la tarde es que voy saliendo de este tormento. Todos los años es igual. Tú sabes que no haya un administrativo que arregle este desorden. Cientos de personas amontonadas, agotadas, esperando comprar la entrada por una sola taquilla. Y dicen que vamos a mejorar. ¡Mierda!-, exclamó el hombre indignado.
Mientras tanto, el Malecón bulle en los preparativos del paseo. Montan rudimentarias tarimas y quioscos de baja calidad. Las imágenes revelan la pobreza de la fiesta que le preparan al pueblo.
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