miércoles, 11 de enero de 2017

La mujer que salvó a Fidel Castro del paredón

Murió sin conocer Cuba

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Margot Bush (El Mundo)
Margot Bush (El Mundo)
Margot Bush (El Mundo)
MIAMI, Estados Unidos.- Cuando Margot Bush firmó la carta que salvó del paredón a Fidel Castro, lo último que calculaba quizá era que cambiaría el destino de Cuba para siempre. Hasta su publicación por el periódico español El Mundo, pocos conocían que dentro una caja fuerte se guardaba un documento con un peso enorme para la historia de la isla que vio morir el pasado 25 de noviembre al nonagenario dictador.
Margot Bush, cuyo apellido de soltera era Valdés, consiguió que el gobierno de México no deportase a Castro y sus guerrilleros, que entrenaban en tierra azteca para fundar una guerrilla en Cuba y derrocar a Fulgencio Batista. Estaban siendo ayudados por el coronel exiliado español Alberto Bayo, quien los preparaba en la guerra de irregular.
El grupo de insurgentes cubanos, presos tras el fallido asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, había emigrado a México luego de la amnistía concedida por el propio Batista. Allí conocieron al Che Guevara y comenzaron a entrenar con el objetivo de regresar a la isla para, tal como sucedió después, conquistar el poder.
Sin embargo, sus planes se vieron casi fracasados cuando la policía cubana, que había entrado en conocimiento de las operaciones clandestinas de Castro, lo detuvo junto a sus compañeros. El movimiento guerrillero veía cerca su fin incluso antes de comenzar.
Al frente de la operación de captura estaba el capitán Fernando Gutiérrez Barrios. “El sedicioso Doctor Fidel Castro Ruz, exiliado cubano que llegó a nuestro país por una amnistía, prepara una conjura contra el Gobierno de Cuba”, escribió el oficial en su informe.
En aquella época las relaciones diplomáticas entre Cuba y México eran excelentes; y Gutiérrez, además, un profundo anticomunista y activo represor de la izquierda mexicana, según El Mundo. Lo que no se explica es que luego el propio capitán mexicano que escribió el informe incriminatorio y dejó listos los documentos para deportar a los cubanos se convirtiera en gran seguidor y amigo del propio Fidel Castro.
Carta de Margot Bush (El Mundo)
Carta de Margot Bush (El Mundo)
¿Qué fue lo que hizo cambiar de opinión a las autoridades mexicanas al tanto del caso? Ahí es donde entra Margot Bush: la señora Guajardo Doria, casada con un cubano simpatizante del movimiento que había iniciado Castro, rogó a doña Bush que hiciera lo posible para influir en la liberación de los aspirantes a guerrilleros. ¿Por qué Margot? Porque su esposo, Edward Bush, presidente en aquel entonces de Aerolíneas Mexicanas, era amigo del secretario de gobernación mexicano Ángel Carvajal.
La carta fue firmada y enviada por Margot. Dio resultado, y cinco días después el propio Fidel y sus hombres se presentaron en casa de aquella mujer que salvó al revolucionario cubano del mismo paredón que luego este aplicó a tantos cubanos.
“Cuando el Movimiento 26 de Julio triunfe en Cuba, usted será invitada como nuestro huésped de honor”, dijo entonces un agradecido Castro, cuya historia de vida está llena de intervenciones punto menos que milagrosas para salvarlo de una muerte segura.
Pero Margot Bush nunca viajó a Cuba. No pudo por la nacionalidad estadounidense de su esposo; aunque efectivamente llegase una invitación a través de Víctor Trapote, que había sido responsable de la Inteligencia soviética durante la Guerra Civil española y, a la postre, fue un agente de la Inteligencia castrista también.
Cinco meses después del incidente en México, Fidel Castro partió en el Granma hacia la Sierra Maestra. El resto, literalmente, es historia.

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