sábado, 7 de julio de 2018

El día en que Fidel Castro dijo la verdad

Ocurrió seis años antes de morir, aún al frente del Partido Comunista de la isla, pese a sus graves enfermedades y edad avanzada


LA HABANA, Cuba.- La verdad del fracaso sobre la forma de gobierno en Cuba fue dicha nada menos que por el mismo Fidel Castro, seis años antes de morir, aún al frente del Partido Comunista de la isla, pese a sus graves enfermedades y edad avanzada. Posiblemente el pueblo cubano aún no la sepa, pero sí aquellos que viven en el extranjero, donde existe la libertad de prensa y de internet.
Todo ocurrió en septiembre de 2010, cuando reapareció en público el viejo dictador y en sus encuentros con dos destacados y experimentados periodistas de la revista norteamericana The Atlantic, Jeffrey Goldberg y Julia Sweig, especialista en Relaciones Exteriores, confesó por primera vez en su vida, a  lo largo de las  conversaciones que se prolongaron durante más de diez horas que: “el modelo cubano no sirve ni para nosotros mismos”.
Unos días antes había reconocido, también públicamente, su responsabilidad en la política de persecución, encarcelamiento y torturas a los homosexuales, en los primeros años de la Revolución, e incluso en años posteriores.
Pero confesar que el fracaso de su gobierno se debía precisamente al modelo que él había impuesto por las armas y defendido en innumerables discursos durante décadas, fue algo inédito en él.
Días después, se atrevió incluso a desmentir a los periodistas, alegando que lo habían malinterpretado.
La respuesta de Fidel no se presta a dudas. Cuando los periodistas le preguntaron sobre la vigencia del modelo cubano y su posible validez en otros países, respondió: “El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros.”
Así aparece en la Revista The Atlantic, para cualquiera que lo ignore. Esas palabras suyas quedaron por siempre para oídos y ojos del mundo entero y fue precisamente el viejo zorro cubano quien perdió la batalla, porque como el pez, murió por la boca.
Hoy, fracasado como siempre, el disparato modelo cubano sigue en pie gracias al fiel hermanuco en el poder durante diez años y ahora con su relevo Díaz-Canel, más risueño que nunca, quienes han hecho caso omiso de las palabras del Invicto Comandante en Jefe, e insisten en que “el patriotismo se renueva” y que los miles de planteamientos en los debates resuelven la crisis económica y social.
¿Podrá alguna vez haber éxito en la economía cubana, en medio de un irrevocable socialismo, dirigido por un unipartido que sólo ha provocado caos alimenticio en la población?
Recordemos aquellas palabras “geniales” de Fidel que dijo el 26 de noviembre de 2005: “No hay socialismo sin economía”.
Pese a esta realidad, ¿los encantadores izquierdistas latinoamericanos, como Chávez, Lula, Cristina, Evo, Dilma, Maduro, Daniel, su consorte y demás compinches, aprendieron algo con la contundente confesión de Fidel a The Atlantic?
Por supuesto que hicieron oídos sordos. En cada uno de estos señores hubo o hay pretensiones fáciles de captar: quieren, como Fidel, ser dictadores, seguir navegando en las aguas de la miel del poder. Para lograrlo no sólo utilizan como modelo el fatalista modelo cubano, sino sobre todo, esas ingenuas masas que por limosnas, bajan la cerviz y son obedientes hasta morir de hambre.
Mientras, el fruto de la ciencia no va ni siquiera a las gavetas y a las reuniones de los jóvenes comunistas sólo asisten cuatro gatos, como quedó dicho el 16 de junio en la 9na Asamblea de los jóvenes comunistas.
En fin, compay, que el Iluminado, como lo calificó un poeta, no se equivocó el día que dijo la verdad.

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