viernes, 17 de diciembre de 2021

 

Enseñanzas del 15 de noviembre en Cuba

Pese a que las demostraciones convocadas no se produjeron, este lunes quedó ratificada la voluntad de cambio del pueblo de la Isla.

LA HABANA, Cuba. – El pasado lunes 15 de noviembre, fecha señalada por el grupo Archipiélago para realizar en toda Cuba la Marcha Cívica por el Cambio, pasó sin los resultados anunciados y deseados. El régimen castrista se extremó en lo único que sabe hacer bien: reprimir. Hubo también algunas muestras de descontento popular a las que me referiré abajo, pero no se produjeron las multitudinarias manifestaciones a las que se aspiraba.

Al respecto conviene comentar, ante todo, que en los largos anales de los esfuerzos prodemocráticos realizados en la actual etapa de lucha pacífica contra el régimen comunista, no se trata de la primera decepción de esa naturaleza. Eso es lo malo de ser viejo y haber acumulado alguna antigüedad en esos trajines: que uno se acuerda de cosas.

Recuerdo, por ejemplo, los vibrantes llamados que, años atrás, solía hacer de tiempo en tiempo cierto líder del interior de la Isla —hoy exiliado— a una “huelga general”. En la encendida retórica del convocante, la protesta obrera “pondría de rodillas a la tiranía castrista”. Ella constituiría “el fin del régimen opresor y antidemocrático de la Isla”.

En cada una de aquellas ocasiones del pasado, llegaba el día del hipotético paro laboral… y nada sucedía. Y conste que no estamos hablando de un simple fracaso de la huelga (algo que, por desgracia, suele suceder en las luchas por la libertad). Lo peor era que no había un solo punto de la Isla en que algún trabajador —¡siquiera uno!— hubiese respondido al llamamiento…

A favor de los que convocaron al 15 de noviembre podemos invocar varias atenuantes. Y lo primero a señalar, en ese contexto, es el tremendo parteaguas que, dentro de la historia reciente de Cuba, ha representado el Gran Alzamiento Nacional Anticomunista del pasado 11 de julio. Creo que es justo señalar que, después de esa fecha tan gloriosa, todo es posible en nuestra Patria.

También cabe mencionar la poca experiencia que en estos trajines tiene la generalidad de los miembros de Archipiélago. Por ejemplo, del más conocido de ellos —el dramaturgo Yunior García Aguilera— lo que se sabe es que participó en los sucesos de fines de noviembre del año pasado en el Ministerio de Cultura. Hace menos de un año. Otro factor a señalar sería que se trata del primer llamado de ese tipo que hacen. Algo que los diferencia del “organizador de huelgas generales” ya mencionado, quien de tiempo en tiempo repetía su truculento llamado.

Forzoso es reconocer que la convocatoria y la repercusión que ella tuvo en las redes sirvieron para fines importantes, aunque algunos distintos a los anunciados de inicio. Se colocaron lienzos blancos en determinados balcones y ventanas; hubo aplausos y cacerolazos; muchos ciudadanos no fueron a trabajar; las calles de nuestras ciudades se vaciaron de un día para otro. Una realidad perceptible incluso en reportajes hechos desde las mismas filas del oficialismo, como el del licenciado Humberto López. 

El connotado vocero castrista salió a hacer una directa a través de Facebook. En su transmisión propagandística, él se hacía eco de lo comentado por otros incondicionales del régimen. Como aquel de “todo tranquilo, con mucho fervor” que sin dudas merece un premio por su “chicharronería” insuperable.

En lo más álgido de su directa, el portavoz de la dictadura mostraba la “tranquilidad” reinante en la céntrica Esquina de Toyo. En su infinita torpeza, ¡lo hacía vestido de blanco; es decir, del mismo color que los jenízaros del castrismo proscribieron, por ser el recomendado por los convocantes del 15 de noviembre!

En definitiva, López recibió la misma medicina que tanto propugna y aplaude cuando son personas enfrentadas al régimen quienes la reciben. Un destacamento policial lo rodeó en plena directa, interesándose con desconfianza por lo que estaba transmitiendo. Claro que el incidente terminó tan pronto el conocido comunicador se identificó; pero el acto de justicia poética se consumó. De ese modo el impresentable “Humbertico” tomó (aunque no hasta el final) el purgante que a diario tienen que consumir los que pretenden informar a la opinión pública de manera veraz (que no es su caso, claro).

Otro aspecto importante del 15 de noviembre fue la virtual huelga estudiantil realizada. Puedo citar el caso de mi sobrinita, estudiante de la Secundaria Básica “Ormani Arenado”, sita en 17 y 12, Vedado. De los cientos de alumnos del centro, ¡solo concurrieron diez! Para colmo, de ellos tres son parientes entre sí, y otras dos son hermanas, ¡lo que quiere decir que solo siete madres se animaron a enviar a sus hijos adolescentes a clase!

Pese a ello, la prensa oficial hace reportajes triunfalistas sobre el reinicio del curso escolar. Los mismos que hablan sin sonrojarse de formidables éxitos productivos que los cubanos de a pie jamás ven en las tarimas de los mercados —¡y mucho menos en sus platos!—, se empeñaron en tratar de demostrar la formidable victoria supuestamente representada por la masiva asistencia a clases. Otra mentira descarada más del castrismo.

Este miércoles, se conoció la noticia del arribo a Madrid de la cabeza visible del grupo Archipiélago, Yunior García Aguilera. Resulta obvio que los trámites de obtención de las visas y compra de los boletos tuvieron que realizarse con días de antelación. Es decir, mientras muchos compatriotas soñaban con el 15 de noviembre y algunos sufrían la represión directa del régimen. ¿Será por eso que el joven dramaturgo anunció el cambio para una marcha individual el día 14? Todo muy lamentable.

Previendo la manipulación que de esas realidades pueda hacer el régimen castrista, conviene señalar: Yunior habrá podido hacer uso de su derecho a emigrar. Pero hoy mismo, en las cárceles de la Isla, hay compatriotas que pudieron haberlo hecho hace decenios y que, sin embargo, optaron por continuar su lucha patriótica dentro de Cuba. Como José Daniel Ferrer, Félix Navarro o Guillermo “Coco” Fariñas, por solo mencionar algunos.

¡Esos son los imprescindibles! 

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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René Gómez Manzano

René Gómez Manzano

(La Habana, 1943). Graduado en Derecho (Moscú y La Habana). Abogado de bufetes colectivos y del Tribunal Supremo. Presidente de la Corriente Agramontista. Coordinador de Concilio Cubano. Miembro del Grupo de los Cuatro. Preso de conciencia (1997-2000 y 2005-2007). Dirigente de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil. Ha recibido premios de la SIP, Concilio Cubano, la Fundación HispanoCubana y la Asociación de Abogados Norteamericanos (ABA), así como el Premio Ludovic Trarieux. Actualmente es miembro de la Mesa de Coordinación del Encuentro Nacional Cubano

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