sábado, 3 de septiembre de 2016

¿Cubanos o excubanos?

Los héroes deportivos están por encima de las tergiversaciones que se haga de ellos o de sus logros

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El atleta cubano Orlando Ortega tras ganar la plata en la final de los 110 metros con vallas de Río 2016 (Getty Images)
El atleta cubano Orlando Ortega tras ganar la plata en la final de los 110 metros con vallas de Río 2016 (Getty Images)
LA HABANA, Cuba.- Los cubanos del Siglo XIX, cuando aludían al estado de opresión, arbitrariedad y corrupción en que estaba sumida su Isla bajo el régimen colonial, solían hacer un comentario: “Los españoles lo pueden absolutamente todo en Cuba”, decían. Pero esa constatación de la triste realidad iba acompañada por una matización que servía de consuelo no carente de cierto sentido vindicatorio: “Hay una sola cosa que ellos no pueden hacer: Tener hijos españoles”.
Asocié esta verdad —cuyo máximo exponente es nuestro José Martí— a cierta faceta de la cobertura que dio la prensa a un hecho que ya va siendo habitual: la participación en los recién concluidos Juegos Olímpicos, bajo otras banderas, de atletas nacidos en Cuba. Entre los que ascendieron a los podios de premiación, estuvieron el boxeador Lorenzo Sotomayor, el gimnasta Daniel Leyva y el velocista Orlando Ortega, quien se alzó con la medalla de plata en la carrera de los 110 metros con vallas.
Ha sido sobre todo el caso de este último el que ha recibido mayor cobertura mediática. Esto se debe al calificativo que le endilgó el Jefe del programa televisivo Mesa Redonda, Randy Alonso, al catalogarlo como “excubano”. También a los comentarios del actor Willy Toledo, un hispano ahora residente en la Gran Antilla, que tuvo la ocurrencia de desempolvar una cochina expresión castrista que ya pocos recuerdan y casi nadie usa: “gusano”.
Este peninsular se declara ahora víctima de “un nuevo linchamiento mediático-popular masivo”. Si hay algo de cierto en esto, entonces sólo cabe comentar que bien empleado le está. Resulta indignante ver con qué facilidad estos europeos “progres”, con la mayor desfachatez, se apropian de las expresiones insultantes que idean los tiranos de toda especie. En Norcorea calificarían a los adversarios del Kim de turno como “ratas”. En los tiempos del padrecito Stalin hubieran hablado de “cucarachas”. “¡Entonces por qué me voy a cohibir”, pensará Toledo, “de bautizar a un laureado olímpico como una alimaña?” Ya se sabe que lo políticamente correcto no funciona cuando se está en presencia de una “Revolución”, con mayúscula.
Don Willy describe a Ortega como “un señor al que hace sólo dos días ignoraban y hace sólo dos años ignoraban por pobre, por negro y por cubano”. Ninguna de las dos afirmaciones posee validez. La de los dos días ofende la inteligencia ajena: Por supuesto: ignoraban no sólo al vallista en cuestión, sino a la multitud de competidores que se dieron cita en Río de Janeiro. ¿O es que Toledo pretende que la opinión pública se mantuviese al tanto de cada uno de los miles y miles de atletas que concurrieron a los Juegos Olímpicos!
Lo de los dos años también es falso. La prueba de que no lo ignoraron durante ese tiempo fue precisamente la oportunidad que la Madre Patria le dio: Primero, al reconocerlo como nacional; y después, al viabilizar su entrenamiento. No por gusto el joven deportista, tras su destacada actuación, expresó con emoción: “Gracias a España por la oportunidad que me ha dado”.
Inexactitudes aparte, lo más importante no es eso, sino el enfoque torcido que Toledo le ha dado a todo este asunto. Según CubaNet, “el artista criticó que Ortega rechazara la bandera cubana y celebrara con la española su triunfo en la prueba deportiva”. Esta actitud indica que Don Willy desconoce (o no desea recordar) los antecedentes de este tipo de situaciones.
Hay que rememorar que, durante decenios, cada triunfo del deporte cubano fue identificado no como una victoria del país, sino como un éxito del gobierno, el partido único, “la Revolución” y el “Comandante en Jefe” (que vienen a ser todo lo mismo). Esto lo repetían hasta el cansancio el propio Randy Alonso y todos los cotorrones al servicio del régimen. Por definición, los desafectos (o “gusanos”, como vuelve a llamarlos ahora el señor Willy) no eran copartícipes del premio alcanzado.
Ante esa realidad, ¿cabe asombrarse de que quienes no apoyan “esto” (que sí los hay, y a montones, aunque a Toledo le resulte difícil de creer) eviten verse cobijados bajo la bandera que los vio nacer? Porque lo que pretende el artista español es nada menos que lo siguiente: que un cubano que se exilia (y que, por esa sola circunstancia, es calificado por el régimen como “desertor”, “traidor”, “vendepatria”, “gusano”), si logra un éxito deportivo en otro país, ¡enarbole la misma bandera cuya utilización lo identificaría —según la propaganda castrista— como un supuesto partidario del propio régimen del cual huyó! Por supuesto que la salida lógica a esta situación es sólo una: que los castristas abandonen esa añeja y viciosa práctica de darle carácter partidista a los éxitos de nuestros atletas.
Retorno aquí a lo que planteé al inicio de este escrito. A la ocurrencia vulgar del inefable Randy Alonso (calificar de “excubano” a Orlando Ortega), yo le respondería parafraseando lo que decían mis compatriotas del Siglo XIX: Por desgracia, los comunistas lo pueden todo en Cuba. Hay sólo una cosa que no logran hacer: que sus adversarios dejen de ser cubanos.

1 comentario:

  1. RESPUESTA AL PERRO DE RANDY
    UN POETA DESTERRADO
    UN POETA CUBANO
    DESTERRADO EN LOS ESTADOS UNIDOS
    No soy cubano no porque lo digas tu o lo enfaticen los Castros
    no porque lo digan cuatro militares frente a cuatro fusiles rusos
    soy cubano por conveniencia, pudor y honestidad
    soy cubano de sangre española y francesa
    descendiente de abuelos europeos fornicarios
    adúlteros, tacaños y cabrones
    Orgulloso de mis abuelas cubanas
    mujeres sensuales y enamoradas
    los más bello que he conocido
    soy cubano por mi impaciencia al nacer
    por correr y saborear la nobleza de mi isla
    de disfrutar la hospitalidad y humor de los cubanos
    Soy cubano Criado en un solar de la Habana
    bailando la conga y y sobreviviendo dentro del machismo
    puliéndola todos los días
    comiendo un día sí y el otro quizás
    saltando entre amigos convertidos en reyes
    abrigado de mujeres con curvas y movimientos
    así forje mi carácter y reputación
    caminando dentro de un Volcán apacible
    Por eso Randy:
    Soy cubano, a mucha honra, aunque en Cuba
    me hayan desterrado como ex cubano
    como ex poeta como ex nativo
    soy cubano dentro del Monstruo
    el Monstruo que me abraza y me cuida.
    Autor rolando perera

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